Las necesidades afectivas de los niños - Carlos González

La charla más esperada por mi dentro del Ciclo de Conferencias "Conociendo a nuestros hijos" por fin llegó. Y no defraudó en absoluto.

Carlos González vino para hablarnos de las necesidades afectivas en los niños.

Como él mismo dijo en un momento determinado, el que más y el que menos de los que estábamos allí sabíamos lo que iba a decirnos. Sabíamos de antemano cuál es su postura, cuáles son las necesidades que para él son fundamentales en los más pequeños.

Textualemente y con mucha gracia nos decía: "No para qué han venido...", con la consiguiente risa del personal en la sala.

Lo cierto es que las personas interesadas en este ciclo de conferencias, las personas vinculadas a la Asociación Besos y Brazos, en su gran mayoría saben que este doctor no viene a contarnos que nuestros hijos necesitan aprender independencia, que si le coges mucho en brazos se acostumbrará y no querrá bajar al suelo nunca más, que hay que ser firmes y poner límites ya que sino se te subirán a la chepa...


¡A esta ya se le han subido sin remedio! (Imagen mostrada por Carlos González en la conferencia)

Pero no es sólo lo que cuenta. Es cómo lo cuenta, cómo la sencillez y el sentido común parecen llenar todas sus palabras. Y todo ello aderezado con ese toque de humor que le caracteriza y que convierte casi en un monólogo toda una conferencia seria y respetable, sobre algo tan importante como las necesidades afectivas de la infancia.

Nos enseñó con continuas y graciosas comparaciones al mundo animal, cómo la necesidad de apego y contacto físico, es una necesidad primaria más, como el comer o el dormir. Viene grabado en nuestros genes desde hace millones de años y por tanto, nuestros hijos no nos manipulan y chantajean si lloran para pedir brazos, lo hacen porque "es lo que tienen que hacer", y dejan de llorar cuando les cojemos, al igual que dejan de llorar si tienen hambre y les das comida.

Nos enseñó también con numerosos ejemplos, cómo en otras sociedades que desde Occidente llamamos primitivas despectivamente, los niños forman parte desde que nacen del engranaje de la sociedad. Comparten su día a día y sus tareas con los adultos y parecen encajar bastante bien.



En nuestra sociedad, a priori tan avanzada e industrializada, parece que los más pequeños no tienen cabida en nuestros quehaceres. Se transmite e inculca que lo más importante cuando tienes hijos, es que vuelvas cuanto antes a recuperar tu vida anterior, tu vida de pareja, tu carrera profesional, tu silueta de antes, tus amigos, tus salidas.Y si no es así, es que tu bebé te está absorviendo y os estáis creando una dependencia insana. Pero eso sí, a nadie en su sano juicio se le ocurriría recomendarte cuando te casas que vuelvas cuanto antes a recuperar tus hábitos y tu vida de soltería...

Las palabras de Carlos González, siempre invitan al sentido común, a lo sencillo, al disfrute de la maternidad sin prejuicios, y sobre todo con empatía hacia el bebé. Pensando con ojos de niño, poniéndonos por un momento en sus zapatos.

Sin duda, una gran conferencia, difícil de resumir y de contar. Lo mejor, ver el vídeo que seguro dentro de poco se podrá disfrutar en la red.

Me gustaría para terminar esta entrada, dejar aquí el vídeo que nos mostró como ejemplo de lo sencillo que puede llegar a ser calmar a nuestro hijo cuando parece estar despertándose y moviéndose en plena noche. ¿Para qué acudir a libros, manuales sobre sueño infantil, tablas, y quién sabe cuántos inventos más?... No hay palabras...

Más tierno imposible. Un gran y unánime "Ohhhhhhhh" en la sala ratificó a nuestro ponente lo fácil que es calmar a un bebé en medio del sueño y hacer que más de 100 personas digan "Ohhhhhhhhhh" a la vez.